Industria Lechera, una mirada del consumidor

Dr. Jaime Pons

Hoy en día se escucha con preocupación que a la población se le sugiere disminuir el consumo de lácteos, cuestión que me lleva a reflexionar sobre lo que siempre comentaban los padres de familia respecto a que la leche es un alimento completo y que, por eso, era fundamental en la alimentación infantil. Contiene energía, proteína de alta calidad, elevada cantidad de calcio y nutrientes indispensables para el desarrollo del sistema óseo.

Entonces, ¿qué es lo que origina esa mala opinión respecto a su consumo?

Recuerdo que, en una actividad de interés de un ganadero, sugirió proponer una dinámica grupal con niños de un colegio y mostrarles que hay detrás de la producción de la leche en un rancho ¡y el resultado fue espectacular!, denotando que tenemos que hacer cultura en el sector para lograr la difusión del buen consumidor.

Como algunos saben, somos un país que no es autosuficiente en la producción de leche y de acuerdo con un censo del 2018, el número de establos que eran activos oscilaba en 3,059 con un inventario de vacas de 2, 530 mil y con una tasa de crecimiento media anual del 1.11%.

Claro que en los años anteriores había una tendencia de crecimiento de producción que era prometedora, ya que había una mayor demanda del producto por aumento de la población del 2000 al 2018, lo que generó un incremento de producción de leche de 9,311 a 12, 169 (miles de toneladas) con una TCMA del 1.5 % pero insisto, no es suficiente.

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Deberíamos pensar que a medida en que el nivel de ingreso, crecimiento de la población y la propia urbanización, traerían consigo regímenes alimenticios acelerados y con ello, una demanda de leche y productos lácteos en incremento. Así que, hago el exhorto a consumir lo que producimos con tanto esfuerzo, pasión y compromiso en los establos, que hagamos difusión para mejorar el consumo de leche o derivados de alta calidad. En lo personal, no soy partidario de las formulas lácteas o de derivados con mucha química, la leche siempre será el producto obtenido de la secreción de la ubre de los mamíferos NO DE LAS QUÍMICAS, máquinas industriales, aunque ahora las vemos ofertadas como bebidas de almendras, soya, coco y otras. Estimulemos la sana difusión y cultura del consumo de leche de vaca, ya sea como bebida o en sus múltiples derivados como yogurt y quesos.

Ahora bien, no cabe duda de que estamos en una de las épocas más difíciles para los productores de leche, ya que no son ajenos al marco mundial y al entorno de la situación climática.

Es conocido que, para poder producir leche de calidad, tenemos que alimentar a nuestro ganado con insumos que en muchas ocasiones se rigen por los precios internacionales de los commodities, así como a la disponibilidad de subproductos para ser usados.

Otro aspecto a considerar, es: la falta de agua por las sequias que retrasa o disminuye el rendimiento en las cosechas; el costo del combustible; la situación del impacto bélico sobre los granos; el costo de reposición de maquinaria para la operatividad de los ranchos y establos. Todo esto sumado, se convierte en los elementos idóneos para crear una tormenta perfecta.

Así que, no debemos de bajar la guardia en recibir orientación para combatir todas estas presiones, claro, las que estén a nuestro alcance como sería el recibir todo el apoyo técnico para enfrentar de la mejor forma la problemática.

En mi opinión, existe mucha falta de cultura para difundir todo lo que representa llevar un producto lácteo a la mesa del consumidor, tenemos que pensar en cómo hacer más presencia dentro los diferentes sectores de la población. No dejemos de consumir y difundir un alimento 100% nutritivo: la leche.

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